lunes, 7 de diciembre de 2009

Kaamos, tiempo de penumbra

Finlandia es uno de los países más septentrionales del mundo, una buena parte de su territorio se encuentra por encima del Círculo Polar Ártico, en invierno eso significa que las horas de luz solar y la intensidad de ésta se reducen considerablemente.

La época del Kaamos se extiende desde finales de noviembre hasta mediados de enero, Laponia queda envuelta en un halo azulado, una estampa llena de misterio y de belleza. El sol se mantiene bajo en el horizonte y da la sensación de ser una continua amanecida. Kaamos viene a significar tiempo de oscuridad.

Su duración es variable, dependiendo de la latitud: en Utsjoki, en la frontera con Noruega, dura del 26 de noviembre al 17 de enero. En Saariselkä, un mes desde la primera semana de diciembre y el día dura sólo una hora; sin embargo, el cambio se produce rápidamente, a mediados de febrero el día ya dura más de siete horas. En Luosto, entre el 19 y el 25 de diciembre, la única luz es un azul oscuro, es lo que se llama el kaamos completo.

La indescriptible belleza del Kaamos debe ser admirada a pequeñas dosis, la falta de horas de luz produce un extraño sentimiento de tristeza y depresión, además de somnolencia. Se cuenta que un joven turista alemán llegó a la ciudad lapona de Inari con intención de quedarse un par de semanas para esquiar y hacer acampadas en el parque de Lemmenjoki, sin embargo, a los cinco días tomó el camino de vuelta al no poder soportar el silencio, la oscuridad y la creciente necesidad de dormir. El desorden afectivo estacional es algo muy común en Finlandia.

Si la luna brilla, las noches no son del todo oscuras, ya que el reflejo de la nieve permite cierta visibilidad, dando lugar a una estampa enigmática, incrementada por las antorchas que colocan los lugareños. A últimas horas de la tarde es más probable que aparezcan los revontulet o fuegos del zorro, según una leyenda Sami, la cola del zorro barre la nieve ártica y provoca esa polvareda de colores que todos conocemos como aurora boreal.

La mística del Kaamos envuelve el invierno en Laponia, la tenue luz ártica acompaña al pueblo Sami, los primeros que contemplaron la belleza de estas inhóspitas tierras a las que poco a poco fueron empujados por las tribus finesas.

Fotos: Marja Konimaki

sábado, 14 de noviembre de 2009

Iglesia Vieja de Petäjävesi

La arquitectura en madera del norte de Europa tiene un relevante exponente en esta iglesia luterana, construida sobre 1764. Como homenaje a estas edificaciones fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994.

La iglesia combina elementos renacentistas y góticos. Fue construida por Jaakko Klementinpoika Lepptien, se supone que se basó en una iglesia de piedra edificada en Estocolmo en 1656, en un estilo derivado de la arquitectura italiana. En 1821, su nieto Erkki Lepparren agregó el campanario.

En 1879 quedó en desuso, al construirse una nueva iglesia a un kilómetro de distancia. Sin embargo, durante los años veinte del siglo pasado, el historiador de arte austriaco Josef Strzygowski se percató de su valor arquitectónico. A partir de ahí se sucedieron varias restauraciones que trataron de modificar mínimamente su aspecto original.

La Iglesia Vieja de Petäjävesi es hoy día un singular elemento del paisaje nórdico, protegida celosamente. Iglesia nupcial por excelencia de Finlandia, muy utilizada para este menester, sobre todo en verano, época en la que puede visitarse con guía. Está situada en una península, entre los lagos Jämsänvesi y Petäjävesi.

Petäjävesi es una población situada en la Región Central de los Lagos, a pocos kilómetros de Jyväskylä, la ciudad más importante de esta zona de vastas forestas y grandes lagos.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Murtovaara, granja tradicional de Karelia

Valtimo es el municipio más septentrional de Carelia del Norte, en el este de Finlandia. A 20 kilómetros de él encontraremos una ventana al pasado, una aldea entre bosques y lagos karelianos de donde surgirán 16 construcciones de madera con ecos de la vida en el campo.

La granja de Murtovaara fue construida a principios del siglo XVIII y ha pertenecido siempre a la familia Lipponen. La disposición del conjunto de las edificaciones no ha sufrido modificaciones a pesar de las reparaciones efectuadas a lo largo de su existencia. La situación de la granja, cerca de un lago y rodeada de campos indica que originariamente estaba ocupada por una familia que vivía de forma autónoma, cultivando sus alimentos y criando su ganado.

En el siglo XVIII era costumbre que los hijos de las familias modestas dejaran el hogar paterno para establecerse construyendo su propia casa. El lugar elegido debía ofrecer buenos medios de subsistencia: un lago rico en pescados, tierras cultivables y un buen bosque que proporcionara leña para los largos meses de invierno.

El método de construcción usual consistía en preparar los troncos de los árboles en un bosque próximo al lugar elegido. Los troncos se cortaban con hacha y se numeraban para ser transportados al lugar de la obra que se situaba generalmente sobre un lugar sin árboles.

Incluso a finales del siglo XVIII se edificaban casas sin chimenea, para calefacción se construían hornos de piedra colocados en el centro de la casa. Al encender el horno (por la mañana y al principio de la tarde) el humo quedaba a un metro del suelo para elevarse hacia el ático.

Progresivamente, la introducción de chimeneas permiten la evacuación del humo hacia el exterior. En Murtovaara, los hornos de pan de las distintas casas son testigos de esta evolución. Dos de las casas, construidas entre 1792 y 1812 respectivamente, contienen aún hornos sin chimenea. La casa principal data de 1850 y posee chimenea.

La granja de Murtovaara supone un representativo ejemplo de las granjas tradicionales de Karelia, dedicadas a la agricultura y con un establo que podía albergar una decena de vacas, un gallinero y algunos caballos.

La distribución de los dieciséis edificios de la granja de Murtovaara se ajusta a un esquema tradicional, los establos se encuentran enfrente de las casas de vivienda, permitiendo supervisar sus accesos y así vigilarlos de posibles depredadores o ladrones. La casa principal se flanquea de las construcciones que albergan a los trabajadores por una parte y a las personas mayores por otra. La sauna y los graneros se sitúan en lugares opuestos para disminuir los riesgos de incendio.

La industrialización del país durante el siglo XIX hace que los bosques se conviertan en materia prima para la elaboración de papel, constituyendo así una importante fuente de beneficios para los propietarios de estos terrenos que no quedaban tan expuestos al riesgo de las cosechas.

Hoy día la granja se ha transformado en un museo que da a conocer la forma de vida de los antiguos granjeros de Karelia y que sigue regida por los descendientes de la familia Lipponen.

miércoles, 17 de junio de 2009

Finlandia, cien años de libertad

Finlandia es un país que me apasiona especialmente, aunque sólo he estado un par de días en Helsinki, he leído mucho sobre él y siento admiración por muchos de sus logros. No es cuestión de idealizar a nadie porque ya sabemos que en todas partes cuecen habas, pero pienso que es un país al que merece la pena acercarse, conocer su cultura, su historia, sus logros sociales y como no, su espectacular naturaleza.

Y mientras espero mi próximo viaje al mundo nórdico resulta que hoy se presenta un nuevo libro sobre el país báltico en el Instituto Iberoamericano de Finlandia, con sede en Madrid.

Finlandia, Cien Años de Libertad es un viaje por la historia desde las primeras elecciones libres en 1907, fecha en la que Finlandia era aún Ducado del Zar Alejandro I, hasta las últimas elecciones generales celebradas en 2007 en las que los conservadores vencen por primera vez en la historia al partido socialdemócrata. Con gran dominio de la narrativa, el autor rememora las Cartas Finlandesas del granadino Ángel Ganivet convirtiendo este libro en un homenaje a Finlandia y a nuestro Cónsul español del que se cumple 111 años de su muerte en el río Dvina de Riga. Han transcurrido poco más de un siglo y nuevamente otro andaluz, de Cádiz en esta ocasión, se dirige al gran público para dar a conocer, en ocasiones acudiendo al recurso de la ironía del autor de la generación del 98, los eventos más relevantes de este encomiable país. Divididos en 30 artículos y en un lenguaje ameno y sugerente, se abordan los aspectos centrales de la historia, la política, la economía, la sociedad, los valores culturales y las políticas de bienestar que han convertido a Finlandia en un referente a nivel mundial por sus elevados niveles educativos. Fuente texto

Instituto Iberoamericano de Finlandia

jueves, 11 de junio de 2009

Hvitträsk

En un lugar escarpado al borde del lago Vitträsk se encuentra uno de los edificios emblemáticos de Finlandia. La sociedad formada por el trío de arquitectos Herman Gesellius, Armas Lindgren y Eliel Saarinen construyó entre 1901 y 1903 una casa-estudio donde se proyectarían, entre otros trabajos, el Museo Nacional de Finlandia y la Estación Central de Helsinki.

La villa de Hvitträsk, construida en madera y piedra, es un relevante exponente del movimiento romántico-nacional que daría lugar en 1900 al Pabellón de Finlandia para la Exposición Universal de París, que constituyó todo un éxito para el país báltico y con el que Hvitträsk tiene evidentes similitudes.

Después de ser residencia de las tres familias de los arquitectos y tras diferentes vicisitudes, Hvitträsk fue comprada por el estado finlandés en 1981, en los años noventa del pasado siglo fue objeto de una importante restauración. En el año 2000 su titularidad fue transferida al Instituto Nacional de Antigüedades y abierto al público, siendo un lugar que no falta en los circuitos de viaje a Finlandia.

La localidad de Kirkkonummi, a 38 km de Helsinki, acoge esta villa que supone uno de los símbolos del Karelianismo, visitada por artistas como Jean Sibelius, Gustav Mahler y Akseli Gallen-Kallela.



sábado, 6 de junio de 2009

Pabellón de Finlandia de la Exposición Universal de París de 1900

Herman Gesellius, Armas Lindgren y Eliel Saarinen serían los artífices de que la arquitectura finlandesa se diera a conocer mundialmente. En pleno auge del movimiento karelianista, en la época dorada del arte finlandés, el diseño del Pabellón de Finlandia para la Exposición Universal de París de 1900 supuso un hito para la arquitectura finesa, convirtiéndose en un edificio emblemático.

París organizó consecutivamente dos exposiciones universales, en 1889 con motivo del centenario de la Revolución Francesa (para la cual se construyó la Torre Eiffel) y en 1900 bajo el título El balance de un siglo, con una mayor participación que la anterior y que además coincidiría con la celebración en la capital francesa de los Juegos Olímpicos.

Finlandia aún pertenecía al Imperio Ruso como Gran Ducado Autónomo, a pesar de ello presentó pabellón propio por primera vez en su historia, el cual supondría un motivo de reivindicación nacional en una época en la que Rusia intentó minar la autonomía finlandesa.

Era una gran oportunidad para presentar al mundo sus logros artísticos, científicos y económicos. El pabellón albergaba abundantes contenidos colocados con destreza. Los elogios que tuvo entre la prensa francesa, donde se alababa su imaginatividad, sencillez, elegancia y modernidad, tuvieron gran eco en Finlandia, pues suponía un valor de autoafirmación.

El edificio se inspiraba en las cabañas de los bosques fineses y en las antiguas iglesias; tenía una torre octogonal de base cuadrada en la que cuatro osos representaban la serenidad de los bosques nórdicos, realizados por el escultor Emil Wikström. En los tejados existían motivos relacionados con los lagos del país.

El pabellón fue un claro ejemplo del estilo romántico nacional, donde se mezcla el Art Nouveau, de carácter internacional, con la arquitectura rural finesa. La cúpula central se adornó con frescos realizados por Akseli Gallen-Kallela, con temas dedicados al Kalevala, con los que ganó la medalla de oro del certamen.

Gallen-Kallela contribuyó junto a Louis Sparre a la fundación del diseño finlandés, los muebles y elementos textiles de la Iris room, habitación del pabellón donde se exponía la decoración finlandesa de época, tuvieron una buena acogida.

Finalizada la exposición el pabellón fue derribado perdiéndose la escultura de los osos. De los frescos de Gallen-Kallela se conservaron unos bosquejos y se reprodujeron en 1928 para decorar el techo de la sala principal del Museo Nacional de Helsinki, obra precisamente de la sociedad formada por Gesellius, Lindgren y Saarinen.


viernes, 29 de mayo de 2009

Pohjolan Talo, la casa del norte

Como la música de Wagner, o como un poema sinfónico, tejiendo sus propios leitmotivs, extraños y de gran alcance.

Así define el arquitecto y teórico del arte Gustaf Strengell el edificio de la Pohjola Insurance Company, construido en 1901 por Gesellius, Lindgren y Saarinen que lideraron el Art Nouveau en Finlandia a través de lo que en este país se llamó Estilo Romántico Nacional y que tuvo su apogeo a inicios del siglo XX. Según Strengell este edificio fue el pionero en dicho estilo. Pohjola, derivado de Pohja (norte) es un lugar mencionado en el Kalevala como el norte sombrío gobernado por la bruja Louhi.


La conocida como Pohjolan talo o casa del norte se encuentra en el número 44 de la calle Aleksanterinkatu, en el centro de Helsinki y es sin duda uno de los edificios comerciales más singulares de la capital finlandesa.

La ornamentación con motivos kalevalianos de este imaginativo edificio en piedra lo dota de personalidad propia, lo que también lo engloba en el Movimiento Karelianista, que supuso una reafirmación de lo netamente finlandés y la forja de un estilo vernáculo basado en la cultura careliana y en la inspiración del Kalevala.

El origen de este estilo arquitectónico hay que buscarlo en la expedición a Karelia en 1894 de varios artistas finlandeses como Yrjö Blomstedt, Lars Sonck o Viktor Sucksdorff, que buscaron el paradigma para un estilo propio de la arquitectura finesa en las construcciones karelianas en madera. La gran innovación de Gesellius, Lindgren y Saarinen fue trasladar esta idea a la arquitectura en piedra.

Hay que tener en cuenta que Finlandia carecía de una herencia arquitectónica propia debido a su devenir histórico, por ejemplo, el Barroco, no llegó a poner los pies en el país báltico. Helsinki es fruto, mayoritariamente, del trabajo del arquitecto alemán Carl Ludwig Engel, que por encargo del zar Alejandro I diseñó a La hija del Báltico con formas neoclásicas cuando a principios del siglo XIX Finlandia pertenecía a Rusia como Gran Ducado Autónomo y Helsinki se iba a convertir en su capital.


Con la inscripción Suomi en la puerta central, la Pohjolan talo se adorna con alegorías inspiradas en el Kalevala y la mitología finesa, molduras con cabezas de trolls, escenas de naturaleza, de los animales y plantas de Finlandia. Las esculturas fueron realizados por Hilda Flodin. Los arcos de corte gótico se enriquecen con el diseño floral típico del Art Nouveau, que en Europa del Norte se llamó Jugendstil (estilo joven).

En la ceremonia de inauguración del edificio de Pohjola, Sebastian Gripenberg, arquitecto-director de la administración de edificios públicos, concluyó: El estilo es naturalista, cada material habla su propia lengua natural, en la ornamentación, sólo la flora y la fauna finlandesa se han utilizado. Sentimos en la profundidad de nuestros corazones que esto es finlandés.

miércoles, 18 de febrero de 2009

El Karelianismo

En la segunda mitad del siglo XIX surge en Finlandia un movimiento cultural de carácter romántico que impulsa el interés por el Kalevala y su relación con la región de Karelia, lugar que representaba la esencia de ser finlandés.

El Karelianismo tuvo expresiones en literatura, pintura, arquitectura, música e incluso política. El trabajo compilatorio de Elias Lönnrot que dio lugar al Kalevala, creó un sentimiento de identidad nacional, la epopeya finlandesa era la base de la antigua cultura y de las raíces del país.

Los artistas viajaron a Karelia buscando inspiración para sus obras. Jean Sibelius se vio influido por los cantos karelianos en la creación de su sinfonía "Kullervo" (1892) basada en un héroe del Kalevala. El Parque Nacional de Koli se convirtió en un lugar de peregrinación y en símbolo de la naturaleza de Finlandia como Juhani Aho describiría en sus obras.

El poeta Eino Leino, el escultor Emil Wikström y el arquitecto Eliel Saarinen fueron también importantes representantes del movimiento romántico nacional que significaba el Karelianismo.

Pero el artista que realizó mayores aportaciones al Karelianismo fue el pintor romántico Akseli Gallen-Kallela, muy interesado por la mitología finesa y los temas kalevalianos, representó en muchas de sus obras los personajes e historias del Kalevala y los paisajes karelianos. En 1891 ganó un concurso creado para ilustrar una lujosa edición de la epopeya finlandesa.

A nivel político el Karelianismo representaba una aspiración de sentimiento nacional, cuando Finlandia pertenecía al Imperio Ruso como Gran Ducado Autónomo. Los escritores Johan Runeberg y Zacharias Topelius animaban ese sentimiento en sus poesías patrióticas. Tras la independencia del país, el movimiento karelianista reivindicó la creación de la Gran Finlandia con la anexión de los territorios rusos de la Karelia Oriental, de marcado carácter fino-ugrio.

Esta época, que tuvo su punto álgido en los años noventa del siglo XIX, fue posteriormente considerada como "la edad de oro del arte finlandés". En 1919 los artistas fundaron la Sociedad Kalevala, su principal objetivo era la creación de la Casa Kalevala, que sería un centro dedicado al estudio de la temática kalevaliana. Eliel Saarinen diseñó los planos de un edificio que nunca llegaría a existir, la idea no prosperaría.

El movimiento karelianista decaería en el siglo XX, siendo criticado por folclórico y demasiado idealista. Pero la desaparición de la Unión Soviética y con ella de la Guerra Fría supondría la posibilidad de volver a viajar a los territorios de la Karelia Rusa, donde se sitúa el nacimiento del Kalevala, resurgiendo así el interés por la antigua cultura kareliana, base de "lo" finlandés.

jueves, 5 de febrero de 2009

La perspectiva Nevski

Con mi generación pasé el invierno
mujeres encorvadas sobre el telar en la ventana.
Un día en la perspectiva Nevski
me encontré por azar a Igor Stravinski.

Así decía Franco Battiato en su canción dedicada a la avenida principal de la mítica ciudad de San Petersburgo, construida por el zar Pedro el Grande para mayor gloria del imperio zarista y llamada también "la Venecia del Norte" debido a la profusión de ríos y canales que la atraviesan. En 1741, la comisión creada para la construcción de San Petersburgo concluyó: "la perspectiva Nevski será la más rica y mayor calle de la ciudad".

Construida desde la nada y auténtico museo al aire libre, la resistencia ante la invasión nazi (pagada con un millón de víctimas) y el respeto de su urbanismo durante la época comunista, han permitido que llegara hasta nosotros una ciudad espectacular, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1990.

La avenida Nevski (Nevskiy prospekt, en ruso) con una longitud de cuatro kilómetros y medio, es así llamada en honor de Alexander Nevski, líder militar ruso del siglo XIII que luchó contra los caballeros teutónicos y que fue canonizado por la iglesia ortodoxa rusa en 1547. En un extremo de la avenida se encuentra el monasterio dedicado a Nevski que mandó edificar el zar Pedro el Grande. La historia de la epopeya patriótica de este militar fue llevada al cine por el director Sergei Eisenstein en su primera película sonora realizada en 1938.

Y como describía Nicolai Gogol: "No hay nada mejor, por lo menos para Petersburgo, que la perspectiva Nevski. Ella allí lo significa todo. ¡Con qué esplendor refulge esta calle, ornato de nuestra capital!... Yo sé que ni el más mísero de sus habitantes cambiaría por todos los bienes del mundo la perspectiva Nevski... No sólo el hombre de veinticinco años, de magníficos bigotes y levita maravillosamente confeccionada, sino también aquel de cuya barbilla surgen pelos blancos y cuya cabeza está tan pulida como una fuente de plata, se siente entusiasmado de la perspectiva Nevski. ¡En cuanto a las damas!... ¡Oh!... Para las damas la perspectiva Nevski es todavía más agradable. ¿Y para quién no es ésta agradable?... Apenas entra uno en ella percibe olor a paseo. Aunque vaya uno preocupado por algún asunto importante e indispensable, es seguro que al llegar a ella se olvidan todos los asuntos..."

La biblioteca de Viipuri

Muchos de nosotros somos o hemos sido estudiantes y hemos pasado muchas horas en bibliotecas, nos parece normal su estructura y diseño, los grandes ventanales, las claraboyas para que entre la luz solar... Porque está pensada para leer y estudiar. Pero, ¿desde cuando son así?

La biblioteca de Viipuri fue construida en 1935 por el arquitecto finlandés Alvar Aalto, uno de los más afamados representantes del Movimiento Moderno en arquitectura, este edificio supone una auténtica revolución en lo que respecta a la arquitectura de bibliotecas.

La gran novedad del edificio fue algo tan sencillo como adaptarlo al uso para el que estaba pensado: la lectura. Una construcción hecha, pues, en función de su uso, con lo que el concepto de Funcionalismo en arquitectura se completa, incluyendo los requisitos psicofísicos del ser humano.

Alvar Aalto consideró la importancia de los espacios, su distribución, el mobiliario, las condiciones medioambientales e incluso la decoración.

La biblioteca de Viipuri es uno de los edificios más emblemáticos de la arquitectura del siglo XX, durante la Segunda Guerra Mundial el edificio resultó seriamente dañado, sobre todo por el abandono posterior. Sucesivas restauraciones no respetaron el espíritu inicial de la obra de Aalto.

Actualmente se está llevando a cabo una restauración (con fondos fineses y rusos) con intención de recuperar su autenticidad.

Viipuri, ciudad finlandesa de la región de Carelia, pasó a manos de la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial, hoy día pertenece a Rusia y su nombre actual es Vyborg.

domingo, 1 de febrero de 2009

Luonnotar: la doncella de la naturaleza


En el inicio de los tiempos sólo existía Luonnotar, la hija de la creación, la doncella de la naturaleza flotaba en el aire, en el espacio infinito. Pero esa vida le resultaba vacía, monótona, sin objeto...

Un día se decidió a bajar a la tierra, se posó en el lomo del mar, y entonces se levantó una gran tempestad, el viento movió grandes olas que fecundaron su seno.


Al contrario que en otras mitologías europeas, de corte elegante e idílico, las nórdicas reflejan la lucha entre las fuerzas de la naturaleza. El clima y la geografía del territorio hacen que sea a la vez grandiosa y trágica.

Luonnotar o Ilmatar era la diosa semiandrógina del aire (Ilma, aire en finés), como ocurre en muchas mitologías y religiones, concibe virginalmente a su hijo Väinämöinen (en su aspecto femenino) y se describe como héroe de la cultura (en el masculino).

El famoso escritor J.R.R. Tolkien, muy interesado por las mitologías nórdicas, toma el nombre de Ilúvatar, el gran creador en el Silmarillion, derivado de la diosa finesa.

La música también recoge esta tradición, en 1913, Jean Sibelius compone el poema sinfónico Luonnotar, a quien dió voz la gran soprano finesa Karita Mattila. Värttinä, el grupo originario de Karelia más destacado del folk finés, publica en 2001 su álbum Ilmatar.

La precoz artista estadounidense Lisa Hunt, amante de los cuentos de hadas y la mitología, publica en 2001 su obra Celestial Goddesses, un libro dedicado a 20 diosas de diferentes mitologías con espectaculares grabados de las mismas entre los que destaca el de la diosa Luonnotar o Ilmatar, la doncella de la naturaleza finlandesa.

Entonces la madre del mar,
del aire la doncella hermosa
sacó del agua una rodilla,
su hombro de las vastas olas,
y un sitio le proporcionó
al pato para hacer su nido

(Kalevala, Elias Lönnrot)