domingo, 1 de febrero de 2009

Luonnotar: la doncella de la naturaleza


En el inicio de los tiempos sólo existía Luonnotar, la hija de la creación, la doncella de la naturaleza flotaba en el aire, en el espacio infinito. Pero esa vida le resultaba vacía, monótona, sin objeto...

Un día se decidió a bajar a la tierra, se posó en el lomo del mar, y entonces se levantó una gran tempestad, el viento movió grandes olas que fecundaron su seno.


Al contrario que en otras mitologías europeas, de corte elegante e idílico, las nórdicas reflejan la lucha entre las fuerzas de la naturaleza. El clima y la geografía del territorio hacen que sea a la vez grandiosa y trágica.

Luonnotar o Ilmatar era la diosa semiandrógina del aire (Ilma, aire en finés), como ocurre en muchas mitologías y religiones, concibe virginalmente a su hijo Väinämöinen (en su aspecto femenino) y se describe como héroe de la cultura (en el masculino).

El famoso escritor J.R.R. Tolkien, muy interesado por las mitologías nórdicas, toma el nombre de Ilúvatar, el gran creador en el Silmarillion, derivado de la diosa finesa.

La música también recoge esta tradición, en 1913, Jean Sibelius compone el poema sinfónico Luonnotar, a quien dió voz la gran soprano finesa Karita Mattila. Värttinä, el grupo originario de Karelia más destacado del folk finés, publica en 2001 su álbum Ilmatar.

La precoz artista estadounidense Lisa Hunt, amante de los cuentos de hadas y la mitología, publica en 2001 su obra Celestial Goddesses, un libro dedicado a 20 diosas de diferentes mitologías con espectaculares grabados de las mismas entre los que destaca el de la diosa Luonnotar o Ilmatar, la doncella de la naturaleza finlandesa.

Entonces la madre del mar,
del aire la doncella hermosa
sacó del agua una rodilla,
su hombro de las vastas olas,
y un sitio le proporcionó
al pato para hacer su nido

(Kalevala, Elias Lönnrot)

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