domingo, 20 de mayo de 2007

Viena Karelia

Bosques boreales primarios han sido testigos del origen del Kalevala, la epopeya nacional finlandesa que surgió de las tradiciones oralmente recogidas por Elias Lönnrot en la Karelia Oriental.

Viena Karelia es el nombre de esta histórica región donde se sitúa el nacimiento del Kalevala; perteneció a la URSS y actualmente forma parte de la República de Karelia en Rusia. Curiosamente nunca fue territorio de Finlandia, sin embargo las características de sus habitantes son de marcado carácter fino-ugrio.

Durante las décadas de pertenencia al estado soviético, los pueblos de Viena Karelia no fueron accesibles a los visitantes. Desde 1990, tras la desaparición de la URSS, puede ser de nuevo visitado uno de los pocos lugares de Europa donde encontraremos una antigua y rica cultura.

Las leyendas y tradiciones se transmitían oralmente de generación en generación por medio de los runos, que las recitaban durante las celebraciones. Hasta los años veinte del pasado siglo la transmisión oral era la única forma de divulgar el patrimonio cultural, pues aún no existía un sistema educativo reglado. Además el hecho de ser una región con escasas comunicaciones con el exterior permitió el mantenimiento de su marcada identidad.

Pero la Segunda Guerra Mundial provocó el éxodo y la desmembración de la cultura careliana, posteriormente la rusificación de estas zonas y su colectivización, así como la obligada despoblación de muchas aldeas y la prohibición de la enseñanza de la lengua materna, pusieron en grave peligro la pervivencia de esta cultura.

La desaparición de la URSS supuso un punto de inflexión, la revitalización de la cultura careliana al otro lado de la frontera finlandesa comenzó a gestarse, primero fueron ayudas puntuales desde Finlandia.

La puesta en marcha de un proyecto elaborado por las fundaciones "Juminkeko" y "Arhippa Perttunen" fue el impulso definitivo, que se concretaba en la preservación de la lengua, protección del patrimonio cultural y edificios históricos, electrificación y construcción de caminos. En 1993 la UNESCO reconoció este proyecto por su interés cultural, la Unión Europea también ha avalado el desarrollo de los antiguos pueblos de Viena Karelia.

Las aldeas de Viena Karelia constituyen la fuente de inspiración del Kalevala, del Kanteletar y del Karelianismo, siendo las fronterizas entre Finlandia y Rusia las más representativas, ya que éstas eran precisamente las menos accesibles a la influencia exterior por motivos políticos. Tres de ellas, sí pertenecen a Finlandia; la gran mayoría están en Viena Karelia, en la Karelia rusa.

En la magnífica web
http://www.juminkeko.fi/viena/en/index.html se puede acceder a una completísima información sobre Viena Karelia; aquí podréis escuchar los cantos carelianos de boca de sus habitantes, conocer los lugares que Elias Lönnrot visitó, con una exhaustiva documentación de las aldeas más representativas, destacando entre ellas Latvajärvi, donde se encuentra el sepulcro de Arhippa Perttunen, que contribuyó con más de 4.000 líneas de poemas al trabajo de Lönnrot. Además, puede realizarse un interesante itinerario desde Finlandia, visitando las aldeas, con salida y llegada a la ciudad de Kuhmo.

El Kalevala se convirtió en el Poema Nacional de Finlandia y en la fuente de inspiración del escritor inglés J.R.R. Tolkien para su famosa obra "El señor de los anillos"; sobre este tema va seguidamente la traducción de un interesante artículo publicado en National Geographic:


El Señor de los Anillos Inspirado por una Épica Antigua. Generaciones de lectores han acariciado la Tierra-Media, la fantasía, el universo salido de la mente del escritor J.R.R. Tolkien. Su mundo mágico fue traído a la vida en la trilogía de “El Señor de los Anillos”; la tercera de estas películas, “El Retorno del Rey”, barrió cada categoría en la que fue nominada para los premios Oscar, en la ceremonia de la Academia de la noche del domingo 29 de marzo del 2004. La película ganó los premios más importantes como son la mejor película y el mejor director, además de otros 9. Aunque la imaginación del autor era inmensa, el mundo de Tolkien y el lanzamiento de sus personajes tienen las raíces en la historia y geografía del mundo real, desde las guerras mundiales que dominaron la vida de Tolkien al idioma antiguo y las leyendas de Finlandia.El antropólogo y etnobotanico Wade Davis viajó a un rincón remoto de Finlandia para descubrir los acontecimientos y el pasado de la Europa del norte que influyeron en Tolkien. La Saga antigua Davis, un explorador residente de la Nacional Geographic, viajó a lo que fue una vez Finlandia en la región de Viena Karelia, a lo largo de la frontera rusa, para estudiar el finlandés. Durante el siglo 19 esta área fue el último refugio para un dialecto único del idioma finlandés.Casi todos los Fineses en ese momento estaban hablando finlandés, sueco, o incluso ruso, los idiomas escritos establecidos de la región. Pero un dialecto se mantuvo en existencia en esta aislada región como forma oral, pasó a través de las edades de una generación a otra en las canciones y versos o en runas. Una colección de estas runas, comparable al Ramadán de la India, o la Odisea Griega, es conocida en Finlandia como el Kalévala, y aquéllos que cantan sus versos líricos de memoria son conocidos como cantantes de runas. Estos personajes han llevado por mucho tiempo en sus mentes el registro entero del idioma finlandés. "En una tradición oral, el total de la riqueza del idioma no vale más que el vocabulario del mejor relator", Davis explica. "En otras las palabras, en cualquier punto del tiempo los límites del idioma van estrechamente relacionados con la memoria del mejor relator".
En lo que era la región de Viena Karelia, la tradición oral del idioma del Finés está todavía viva, pero ahora se contiene en la memoria de solo un relator. Su nombre es Jussi Houvinen, y él es el último gran cantante de runas de Finlandia. Este hombre mayor es un eslabón viviente entre los mitos e idiomas que han pasado de boca-a-oreja a través de las edades en una cadena que no se ha roto. "Es una cosa asombrosa poder estar en presencia de un hombre que canta aunque sea un trozo de un poema", dice a Davis de su reunión con Houvinen, "porque es tan poderoso que aún cuando uno no habla finlandés éste nos conmueve profundamente, simplemente por escuchar tan sólo la cadencia de los sonidos."Estando en su presencia, y sabiendo cómo pocas personas pueden recitar hoy el poema, uno se siente que está en la presencia de la historia que es inhalada desde fuera." Cuando Houvinen muera la sucesión antigua de los cantantes de las runas llegará a su fin. Nadie de una generación más joven ha podido aprender la inmensidad de la saga. Sin embargo, el propio Kalévala no morirá con Jussi, debido a los esfuerzos de un doctor de campo llamado Elías Lönnrot. A principios del siglo 19, Lönnrot se enamoró de las canciones finlandesas y las runas que él encontró en Viena Karelia.

Se consagró a viajar por toda la comarca, mientras escuchaba a los cantantes de las runas y fue pasando la poesía oral a palabra escrita.Esto fue no solo el génesis del idioma finlandés moderno, sino de la nación finlandesa como una entidad, creando lo de que Davis dice "Es la maravillosa idea de un poema bardo que inspira una nación moderna”. La inspiración para la Tierra-Media El Kalévala no sólo inspiró el nacionalismo finlandés sino también a un joven estudioso y escritor inglés llamado J.R.R. Tolkien, en cuya mente ya estaba tomando forma un universo mágico que estaba a punto de ser transformado por el idioma y la leyenda de Finlandia. En una carta a W.H. Auden, el 7 de junio de 1955, él recordó su excitación al descubrir una gramática del finlandés en la biblioteca de la universidad de Exeter. "Fue como descubrir un sótano de vinos lleno de botellas de un tipo de vino tan asombroso que nunca antes se había saboreado. Quedé totalmente embriagado; y dejé el esfuerzo por inventar un 'no registrado' lenguaje germánico, y mi 'propio lenguaje' - o series de idiomas inventados – fueron fuertemente influidas por el Finés en patrón fonético y estructura”.El idioma finlandés dejó tan encantado al joven estudiante que se convirtió en la inspiración para la lengua lírica de los elfos de la Tierra - Media. Tolkien aprendió el antiguo y recientemente codificado finlandés para desarrollar el idioma de sus elfos, y para poder leer el Kalévala en el finlandés original. Este logro abrió la puerta a muchas influencias extensas de la mitología de Finlandia. Hay múltiples paralelos entre el Kalévala y la propia saga de Tolkien, en lo términos de sus personajes y la idea del viaje del héroe.El Kalévala incluye "todos los temas de la tradiciones pre-cristianas, cambiantes de formas, demonios míticos, plantas mágicas, animales que se vuelven seres humanos”, Davis dice, mientras la propia historia "es fundamentalmente una historia de un sagrado objeto que tiene el poder, y la persecución de los héroes míticos que buscan ese poder, para encontrar una forma de entender el significadode ese poder". Davis describe el Kalévala como "una viaje del alma y del espíritu y eso es obviamente lo que atrajo a Tolkien". Los lectores de Tolkien han visto por mucho tiempo la visión bucólica de Tolkien de la Inglaterra rural representada en la comarca de la Tierra – Media, y reconocido a los granjeros ingleses en los personajes como el hobbit Sam. Pero aquéllos que exploran el Kalévala pueden descubrir mucho de la tierra y el idioma de los elfos, en la vasta arboleda de nevados abetos de la leyenda finlandesa.

Web de la traducción: http://www.tolkienperu.org/2004_03_01_archivo.html

Artículo original: http://news.nationalgeographic.com/news/2001/12/1219_tolkienroots.html

miércoles, 2 de mayo de 2007

El caballo de Dalarna

La Exposición Universal de Nueva York celebrada en 1939 supondría el salto a la fama de una curiosa figura, en la entrada del Pabellón de Suecia se colocó una de grandes dimensiones. Pero dicha figura ya era conocida en Suecia muchos siglos antes. Hoy día, todos los que tienen la fortuna de visitar este país se la llevan como recuerdo.

Dalahästen o el caballo de Dalarna, una figura de
madera de colores vivos, es el símbolo por excelencia de Suecia y un referente de la artesanía del país nórdico.

Sleipner (resbaladizo) era el caballo de Odín, tenía ocho patas y runas grabadas en sus dientes, simbolizaba los vientos que soplan por los cuatro costados. El caballo para los vikingos era un animal enigmático y poderoso. También fue un motivo recurrente en las pinturas prehistóricas.

En 1624, el obispo Johannes Rudbeckius pronuncia un sermón en la catedral de Västeras donde critica de modo enérgico la posesión frívola y supersticiosa de pequeños objetos por parte de la gente, entre ellos se encuentran pequeños caballitos de madera. Esta es la fecha más antigua en la que se tiene constancia escrita de la existencia de estas tallas.

En 1669, una junta de investigación de Estocolmo sometió a interrogatorio a unos 300 niños pertenecientes a las parroquias Elfdal y Mora,
situadas en la región de Dalarna, los funcionarios del gobierno condenaron a ser quemadas a unas setenta mujeres acusadas de brujería por niños, como también a 15 de los pequeños delatores a los que se les acusaba de haber acudido en compañía de las supuestas brujas a uno de sus infernales aquelarres. Otros 36 niños de nueve y doce años que fueron acusados del mismo delito, recibieron el horrible castigo de ser azotados durante un año todos los domingos frente a la iglesia. Las "brujas" fueron acusadas de usar los caballos de madera en sus rituales...

Pero el origen y sentido de los caballitos de Dalarna hay que buscarlo en las costumbres de los leñadores de los bosques suecos, el caballo era el amigo y el compañero de trabajo. Tras una dura jornada, utilizaban los restos de madera para hacer juguetes para sus hijos. Estas tallas cobraron gran popularidad y fueron perfeccionándose.

A principios del siglo XIX alcanzaron especial predicamento los caballos de madera que se fabricaban en la región de Dalarna, en la Suecia central, pasando de ser una mera afición a convertirse en la actividad principal de varias familias.

Hoy día la producción artesanal de estos caballitos se centra en la aldea de Nusnäs, cercana a la ciudad de Mora. En 1920, Grannas Anders Olsson, hijo de un modesto panadero, comenzó a fabricar caballos de madera para ayudar económicamente a su familia, dos años después creó la compañía que ha pasado a la historia como la de los genuinos caballos de Dalarna, el verdadero símbolo de Suecia en el mundo.

Webs de interés:

http://www.grannas.com/mainframe.php?page=start&lang=eng

http://www.nohemslojd.se/